Artículo de opinión por Lorenzo Raggio, Gerente General de Interwin.
No ha sido un año fácil para la industria del Real Estate. La devaluación del peso ha propiciado que la renta de las propiedades haya caído al piso de los niveles históricos.
En paralelo, el auge de los créditos UVA fue frenado en seco por la devaluación ya que con el salto del dólar los tomadores de crédito quedaron fuera de la relación cuota/ingreso con la que los bancos califican a sus clientes.
Sin embargo, para los afortunados que lograron sacar estos créditos, si bien sus cuotas aumentaron y su deuda expresada en UVAs también, los alquileres aumentaron en mayor medida y enhorabuena, ya están viviendo en su hogar.
Las noticias macroeconómicas no fueron buenas tampoco para la confianza de los inversores en Real Estate. La incertidumbre mina la confianza de aquellos que invierten en pozo.
La buena noticia es que el costo de construcción expresado en dólares ha bajado, por lo menos momentáneamente, y además, la ausencia de demanda pone más creativa a la oferta, que prefieren sacrificar ganancias en pos de consolidar sus proyectos.
Esta dinámica ha alejado a los pequeños inversores, pero los tiburones han salido a nadar.
Es el momento de comprar. Hay rebajas en algunos proyectos entre un 10 y un 15%.
Tener la visión y picardía de animarse a comprar en un momento donde los dólares valen más.
El que tiene dólares tiene un poder de compra potente.
No está claro el panorama y desde la óptica del inversor hay cautela, esto es lo que frena las decisiones.
El marco de seguridad en la inversión lo pueden brindar desarrolladores con los que ya se ha invertido, con tierras compradas, etc.
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