Una vivienda unifamiliar de un country en
Ezeiza confió en
las mallas de Redefibra, empresa nacional pionera en
el mercado de las mallas de fibra de vidrio, por su resistencia,
flexibilidad y sus propiedades inalterables.
A
partir de un estudio de suelos, en donde se comprobó que
el terreno era arcilloso, la dirección de obra
a cargo del arquitecto Daniel Altman resolvió utilizar
las mallas de fibra de vidrio como una solución
preventiva a los movimientos de asentamiento propios
de la construcción, como también
a los cambios de temperatura y las dilataciones
de los materiales usados.
Por su alta resistencia a la tracción, las mallas
de fibra de vidrio Redefibra fueron especialmente diseñadas
para absorber las dilataciones producidas por los cambios
bruscos de temperaturas y asentamientos sobre paramentos
diferentes, evitando que se fisure el revoque.
Para la
construcción se utilizó una combinación
de sistema constructivo tradicional y obra en seco, mampostería
exterior de ladrillo con cámara de aire, aislación
térmica con lana de vidrio de alta densidad, placa
de roca de yeso interior, para proporcionar, de esta
manera, una buena aislación térmica y ahorro
energético.
Las mallas de Redefibra fueron fundamentales
para garantizar una buena terminación en la fachada,
debido a su utilización como base de mordiente
para aplicar un revoque Premezclado con un color de terminación
de piedra parís. La malla usada fue de 5x5 mm
120 gr/m2 como piel, para prevenir craquelado o cuarteamiento
de las superficies.
En las zonas más críticas, es decir en
las uniones de mampostería y columnas
y vigas de HºAº, se emplearon mallas de
10 x 10 mm de 110 gr/m2, para evitar la fisura propia
del trabajo mecánico
de estos componentes.
Del mismo modo, en el interior
se emplacaron los muros y se armaron los cielorrasos.
Además, se enmalló toda
la superficie con la malla de 2.85 x 2.85mm 60 gr/m2
para prevenir, del mismo modo, alguna fisura.
Esto se
debe a que una de las propiedades principales de las
mallas de fibra de vidrio es que previene la
formación
de grietas, fisuras y microfisuras provocadas por el
movimiento de asentamiento de los materiales y los agentes
externos.
Además, las mallas poseen tratamiento antialcalino,
una gran estabilidad química, solidez y resistencia
al fuego.
Sus propiedades inalterables permiten que sean
aplicadas también como refuerzo en los
pisos, micropisos y alisados cementicios, sistemas de
aislación
térmica E.I.F.S y en impermeabilizaciones.
Por
otro lado, no se oxidan ni degradan con el paso del tiempo
y pueden reemplazar al metal desplegable.
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