El graffiti o pintadas políticas
son un soporte de comunicación muy utilizado en
las grandes ciudades, sobre todo en época de elecciones.
Como
promoción de candidatos políticos,
mensajes amorosos entre adolescentes, arte callejero,
insultos varios, toda excusa es buena para pintar las
paredes de los vecinos provocando serios disgustos y
gastos no previstos.
Dado que la limpieza de las superficies "atacadas" es
prácticamente imposible, proponemos el uso
de productos que impiden la adherencia de la pintura usada
en el graffiti,
facilitando a la vez la remoción del mismo sin que
queden marcas o aureolas.
Existen en el mercado dos tipos de pinturas diferentes,
según se quiera modificar el color de la fachada
o mantenerlo:
1- Anti-graffitis permanentes:
Esmalte blanco brillante formulado para imposibilitar la
adherencia de graffitis o afiches sobre el mismo. La limpieza
es muy sencilla por métodos manuales, recuperando
así la blancura original.
2- Anti-graffitis sacrificables:
Revestimiento transparente a base de ceras emulsionadas
en agua que preservan el color y la textura original del
frente protegido. Se aplica en una sola mano sobre superficies
porosas pintadas o sin pintar. En caso de aparecer un graffiti, éste
se remueve con agua tibia y cepillo de cerdas duras. Una
vez hecha la limpieza aplicar nuevamente el anti-graffiti
en esa zona.
Limpiadores especiales
Cuando haya que limpiar paredes no protegidas con pinturas
anti-graffitis, recomendamos el uso de removedor
gel si
la "pintada" se realizó sobre ladrillo,
mármol o superficies sin pintar en general. En paredes
previamente pintadas pero no protegidas, todo intento de
remoción del graffiti derivará en una mancha
mayor por lo que en estos casos el repintado completo
con la pintura original es la única opción.
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