Aprovechando la conmemoración
del 11 de junio, día del trabajador de la industria
del vidrio, CAVIPLAN (Cámara del Vidrio Plano
y sus Manufacturas) realizó una demostración
pública para comunicar la importancia
de colocar vidrios seguros para prevenir accidentes.
En
la Plaza Fuerza Aérea Argentina, donde se
encuentra la famosa Torre de los Ingleses, frente
al público que se aglutinó para presenciar
la demostración, se montó un caballete de
dos metros de altura y tres caras donde se colocaron
tres tipos de vidrios: uno crudo, otro templado y otro
laminado y fueron
golpeados con un bate para demostrar el modo en que cada
uno de ellos
se rompe.
Los vidrios templados y los laminados son
los únicos
vidrios considerados de seguridad de acuerdo
a las normas del IRAM. Al romperse, lo hacen
sin lastimar a las personas.
A fines de 2007 la Legislatura
de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires aprobó la Ley 2.448,
impulsada por el entonces legislador Mario Morando, que
modificó el
Código de Edificación de la ciudad estableciendo
la colocación de vidrios seguros en aquellos lugares
susceptibles de impacto humano y en caso de vidrios sometidos
a la acción del viento.
Morando, ex legislador
macrista, declaró: "Dijimos
basta a las muertes por vidrios peligrosos en lugares
de tránsito de público. Durante los próximos
5 años todos los edificios existentes en la ciudad,
incluyendo las escuelas, deberán adaptarse a
las nuevas exigencias de seguridad".
Sin embargo, muchas otras ciudades aún no poseen
legislación al respecto y según una investigación efectuada
por D'Alessio IROL, un 60% de las personas,
aproximadamente, desconoce la existencia de los
vidrios seguros.
Especialistas
en vidrio informaron que los vidrios templados son
aquellos que al romperse lo hacen en pequeños
trozos que no poseen filo, mientras que los laminados son
dos vidrios crudos, comunes, unidos por una lámina
plástica que hace que al romperse, sus fragmentos
permanezcan adheridos a la misma.
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