La emblemática librería
Concentra inaugurada por Herman y Lily Reich en 1946,
actualmente un icono cultural de la city porteña,
para los amantes de los buenos libros de arquitectura,
arte, diseño, urbanismo, paisajismo y revistas
internacionales. Sin perder su espíritu tradicional,
con motivo del 64º aniversario, Concentra refuncionalizó su
sede central, consolidando su presencia en el mercado.
Modernizó y optimizó el funcionamiento
de sus servicios digitales y mantiene su política
de novedades editoriales.
La sede central de Concentra
funciona en el edificio de la Sociedad Central de Arquitectos
desde 1988, y junto
a su local en la FADU constituyen una referencia ineludible
para los estudiantes de arquitectura, diseño y
disciplinas artísticas.
Es importante destacar
que pese a la globalización,
el auge de internet y la digitalización de la
información esto no constituyó una amenaza
para la tradicional librería Concentra. Al contrario,
consolidó su estrategia de hipersegmentación.
Su dueña, Raquel Reich, es una trabajadora incansable
y desde hace 55 años selecciona cuidadosamente
los títulos, apostando al valor de libro en todas
sus dimensiones: calidad editorial, diversidad de contenidos
y exclusividad en sus representaciones, son los mayores
diferenciales valorados por sus lectores.
Por otra parte,
la clave de su exitosa trayectoria y fortaleza es el
clásico concepto comercial "atendido
por sus propios dueños", ya que la atención
es personalizada. Se conjuga experiencia, conocimiento
del mercado editorial global y las necesidades específicas
de sus lectores, conviertiéndose en una referencia
obligada para estudiantes y profesionales.
La identidad
de la librería mantiene intacta
la esencia de sus fundadores, un lugar ideal para los
amantes de la lectura sobre temas de arquitectura, diseño
y arte, un ambiente donde abundan los títulos
especiales, hallazgos exclusivos de origen nacional
e internacional.
Librería Concentra es una referente cultural,
un punto de encuentro entre los lectores y entrañables
amigos, generadora de intercambios, debates y conversaciones
entre profesionales y estudiantes, un apoyo intelectual
pero también de asesoramiento.
Todavía, algunos lectores recordarán la
tradicional ficha de crédito que era una manera
de apoyar la adquisición de ejemplares, también
la confianza y el permiso para registrar información
o datos a los alumnos con menores posibilidades de acceso
material a libros y revistas.
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