Redefibra, empresa nacional pionera en el
mercado de las mallas de fibra de vidrio, ofrece
distintas
soluciones
para la prevención y reparación de grietas,
fisuras y en el armado de revoques. Además, pueden
ser aplicadas como refuerzo en los pisos, micropisos
y alisados cementicios, sistemas de aislación
térmica E.I.F.S y en impermeabilizaciones.
Las
mallas de fibra de vidrio poseen múltiples
propiedades, estas generan una ventaja importante para
la construcción.
Su resistencia, flexibilidad
y liviandad, al igual su inalterabilidad, garantizan
que no sean atacadas por
los álcalis de las mezclas cementicias y que,
al mismo tiempo, no se deterioren ni alteren a lo largo
del tiempo. Asimismo, al ser flexibles las hace adaptables
a cualquier superficie.
Otro de sus beneficios es que
la apertura de la malla es adecuada para una fácil aplicación y
de total compatibilidad con la mezcla, dependiendo de
la granulometría de la misma.
Por su alta resistencia
a la tracción, las mallas
de Redefibra, fueron especialmente diseñadas para
absorber las dilataciones producidas por los cambios
bruscos de temperatura y asentamientos sobre paramentos
diferentes, y así evitar que se pueda llegar a
fisurar el revoque.
Su función principal es aumentar
la resistencia al impacto, prevenir grietas y fisuras,
mejorar la integridad
de revoques, revestimientos y terminaciones.
Para su mantenimiento,
se las debe conservar en un lugar fresco, seco y lejos
de la luz solar directa.
Distintas edificaciones confiaron
en las mallas de Redefibra para la construcción,
como por ejemplo, Altos de Pringles, para el cual se
realizaron revoques, pisos
y revestimientos con dicho producto.
A su vez, las salas
de cine de Nordelta fueron construidos con 2000 metros
cuadrados de malla de fibra de vidrio
para los revestimientos exteriores sistema E.I.F.S (external
insulation and finish system), brindando tecnología,
mayor resistencia, durabilidad en el tiempo y calidad
al acabado final de la construcción.
El Hotel Dolmen
(foto 5) también utilizó las mallas
de Redefibra para la remodelación del establecimiento
y, principalmente, por la rapidez en los tiempos, el
asesoramiento brindado y costos de obra, además
de la sencilla colocación.
Por último, otras de las construcciones en donde
las mallas fueron protagonistas, fue en el Sanatorio
Allende (foto 6), en Córdoba, por cumplir con
los estándares
de calidad y las normas de seguridad europeas para el
emplazamiento de fachadas vidriadas.
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