Villa Amaite / Cabrera Luque y Asociados

Villa Amaite (Bahía Soliman, Quintana Roo, México) por Cabrera Luque y Asociados. Ubicada en una de las zonas más espectaculares de la Riviera Maya, dentro de la Bahía de Soliman (a tan solo 20 kilómetros al norte de Tulum), Villa Amaite surge como un refugio inmerso dentro de la naturaleza, que rescata una estructura existente y reinterpreta la riqueza de la arquitectura de su región, combinado con elementos de diseño contemporáneo.

Desde los primeros acercamientos con el sitio, se identificaron las condicionantes de diseño, al estar ubicado en un contexto de baja densidad y rodeado de áreas naturales. El acceso se logra desde la parte posterior del predio, desplantando el proyecto hacia el frente de la playa para respetar los manglares cercanos.

El proyecto se abordó bajo la premisa sustentable de respetar la casa original que se encontraba en el sitio, logrando minimizar el impacto ambiental y económico de la obra. De esta manera, la propuesta se divide en dos volúmenes independientes, la casa principal -con capacidad para 12 usuarios-, y la casita que funciona como espacio complementario para visitas o huéspedes.

Se generó una rampa desde el acceso a partir de una estructura de madera, que le otorga un carácter efímero y endémico a las circulaciones; de esta manera se invita a los usuarios a contemplar la vegetación del lugar mediante un recorrido en zigzag antes de descubrir la palapa representativa del proyecto.

El ingreso a la casa principal es desde el primer nivel, que alberga el área social del proyecto en formato de planta libre que maximiza el aprovechamiento de los espacios. El programa es sencillo, donde la estancia, comedor, cocina y bar se comunican entre sí, además de integrar una habitación adicional. En el tercer nivel, el rooftop y mirador se presentan de manera sutil como un espacio de reflexión y contemplación.

En la planta baja, se integraron los espacios de descanso mediante 4 habitaciones que se comunican al exterior, pero que son protegidas mediante terrazas y elementos de vegetación como jardineras y muros verdes que les brindan privacidad. El material protagonista del proyecto es el chukum -acabado natural tan característico de la región maya-, que se utilizó para recubrir los muros. La paleta de materiales se complementa con el uso de la madera en los pisos, cancelerías y circulaciones; envolviendo al usuario en una atmósfera cálida y tropical.

Una de las estrategias de diseño consistió en la demolición de elementos existentes como los muros en la fachada posterior y las escaleras de concreto que comunicaban a ambos niveles. Esta intervención permitió generar aperturas para enmarcan las vistas hacia el mar desde el interior, además de integrar materiales que responden al contexto inmediato.

Al exterior, se continuó con esta premisa, retirando los elementos existentes más invasivos mediante el diseño de paisaje para generar distintos espacios de convivencia conformados por la alberca, terraza, comedor y zonas de descanso. A un costado, la casita se presenta como un espacio complementario pero que mantiene el mismo lenguaje del proyecto, integrando una tonalidad verde en sus muros logrando un equilibrio entre la arquitectura y el entorno.

Ficha técnica
Nombre: Villa Amaite
Ubicación: Bahía Soliman, Quintana Roo, México
Autores: Cabrera Luque y Asociados
Arquitecto a cargo: Ignacio Cabrera Luque
Equipo de diseño: Carlos Aura
Interiorismo: Carmen Cantú
Contratista: Rommel Uribe
Comunicación y Difusión: Incógnito Atelier
Superficie construida: 840 m2
Superficie total: 1800 m2
Año de terminación: 2023
Fotografías: Maya Luxe
Sitio web: https://www.cabreraluqueyasociados.com.mx
Instagram: @cabreraluqueyasociados

English version

Villa Amaite

Located in one of the most spectacular areas of the Riviera Maya, within Soliman Bay (just 20 kilometers north of Tulum), Villa Amaite emerges as a refuge immersed in nature, restoring an existing structure while reinterpreting the richness of the region’s architecture, combined with contemporary design elements.

From the initial site visits, design conditions were identified due to the low-density surroundings and proximity to natural areas. Access is from the rear of the property, with the project extending towards the beachfront to preserve the nearby mangroves.

The project was approached with the sustainable premise of respecting the original house found on-site, minimizing the environmental and economic impact of the construction. As such, the proposal is divided into two independent volumes: the main house, which accommodates up to 12 guests, and the small house that serves as an additional space for visitors or guests.

A wooden structure ramp was built from the entrance, giving the circulations an ephemeral and native character; this invites users to contemplate the local vegetation in a zigzag path before revealing the project’s signature palapa.

Entry to the main house is on the first floor, which houses the social area in an open-plan format to maximize space usage. The layout is simple, with the living room, dining area, kitchen, and bar connected, along with an additional room. On the third floor, the rooftop and viewing deck are subtly presented as spaces for reflection and contemplation.

On the ground floor, the sleeping areas consist of four bedrooms that connect to the outside but are protected by terraces and vegetation features like planters and green walls, providing privacy. The main material used in the project is chukum -a natural finish characteristic of the Mayan region- applied to the walls. The material palette is complemented by the use of wood for the floors, windows, and walkways, wrapping the user in a warm, tropical atmosphere.

One of the design strategies involved demolishing existing elements such as walls on the rear facade and concrete stairs connecting both levels. This intervention allowed for the creation of openings that frame ocean views from the interior, while integrating materials that respond to the immediate context.

Outside, this approach continued with the removal of more invasive existing elements through landscape design, creating different social spaces formed by the pool, terrace, dining area, and lounge zones. To one side, the small house serves as a complementary space but maintains the same design language as the project, incorporating a green hue on its walls to balance the architecture with the surroundings.





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