El Centro de Interpretación
Tombo, que inaugura al público en enero, se terminó de
construir recientemente en el Area Protegida de Punta
Tombo, en Chubut, donde se encuentra la reserva de pingüinos
de Magallanes más importante del mundo. Con el
desafío de integrar el edificio -de 6.000
m2- con el paisaje natural y recrear a la vez el hábitat
de estas aves, fue convocada la empresa Molinos Tarquini
que logró desarrollar un revestimiento exterior
e interior, a base de cal y de bajo impacto ambiental,
con el mismo color del paisaje. El proyecto y dirección
de obra fue encomendado por el Gobierno de la Provincia
de Chubut al Arq. José Pablo Mehaudy.
El gobierno
de la Provincia de Chubut -con la
presencia de su gobernador Mario Das Neves-, organizó recientemente
el evento de inauguración oficial del Centro
de Interpretación Tombo, en Punta
Tombo, que en enero
estará abierto al público. Allí se
encuentra una de las reservas de pingüinos de Magallanes
más importantes del mundo, que en plena temporada
llega al millón de ejemplares. El objetivo principal
de esta obra era proteger el ecosistema Punta Tombo y
generar un espacio idóneo para la investigación
de la especie en su interacción con el entorno
natural.
Este Centro posee 6.000 metros cuadrados de
superficie de los cuales 3.000 están destinados
a salas temáticas, laboratorios, confitería
y otras instalaciones para recibir las visitas masivas
de turistas e investigadores. Los 3.000 metros cuadrados
restantes se distribuyen entre el Domo de los Vientos,
-un corredor donde sólo puede oírse el
silencio o el viento, en sus distintos soplidos, con
vientos que alcanzan en esa zona los 180 km por hora-,
terrazas y servicios. El Centro permitirá entre
otros aspectos que la reserva de Punta Tombo esté abierta
al turismo todo el año para que los visitantes
conozcan las características de la vida de los
pingüinos en su hábitat natural.
La obra
estuvo a cargo del arquitecto José Pablo
Mehaudy, cuyo proyecto tenía el desafío
principal de lograr un edificio armónico
con el paisaje y su topografía. A la
vez se buscaba brindar a los visitantes la posibilidad
de tener puntos
panorámicos
estratégicos capitalizando la altura
de hasta 52 metros sobre el nivel del mar -en el Domo
de
los Vientos-, que permitiera tener una visión
de 360 grados de Punta Tombo. Otro de los desafíos
no menos importante era que la obra debía integrarse
al espacio de hábitat de los pingüinos incluyendo
materiales de bajo impacto ambiental.
El Arq. Mehaudy
decidió desarrollar un revoque que pudiera dar
respuesta a estas ideas de armonía con el paisaje
y bajo impacto ambiental. Con estas premisas, convocó a
la empresa de revestimientos Molinos Tarquini para proveer
y aplicar todos los revestimientos exteriores
e interiores.
Guillermo Tarquini, gerente comercial
de la firma, destacó: "Para
lograr productos no contaminantes resultó ideal
nuestro revestimiento Punzonado a base de cal. Para lograr
una tonalidad que se integre y se funda con el
espacio natural, creamos un laboratorio de
color en el mismo lugar, dónde trabajamos en
equipo con el arquitecto y la constructora.
Se tomaron muestras de arena y de
piedras para generar un nuevo color patagónico
en concordancia cromática con el paisaje,
que luego desarrollamos en fábrica. Además
de las envolventes, se aplicaron todos los interiores
con este criterio, incluyendo los pisos calcáreos.
Creemos que esta experiencia fue excelente, con un objetivo
ampliamente logrado, que permite hoy apreciar un edificio
con una arquitectura mimética que se funde naturalmente
con el paisaje de esta área protegida de la provincia
de Chubut". |