Reforma integral de la Torre Bizkaia / IDOM

Reforma integral de la Torre Bizkaia (Bilbao, Bizkaia) por IDOM. Reforma integral, cambio de fachada y adecuación estructural de la Torre Bizkaia en la calle Gran Vía 1 de Bilbao. La torre Bizkaia, antigua torre del BBVA, situada en el número 1 de la calle Gran Vía de Bilbao, es un edificio cuya construcción finalizó en 1969 y que fue destinado originalmente a uso administrativo, alojando la sede del banco Bilbao Vizcaya. El edificio dispone de una superficie de 30.400 m2 divididos en tres sótanos y 22 plantas sobre rasante que alcanza una altura próxima a los 90 metros.

50 años después de su construcción, se ha realizado una reforma integral del edificio que ha permitido la implantación de un uso comercial en las 6 primeras plantas, manteniéndose el uso administrativo en el resto del edificio (un 65% de la superficie total). Dado el estado del edificio fue necesario un vaciado completo del mismo, manteniendo únicamente la estructura para acometer una reconstrucción integral.

La estructura del edificio, formada por pilares y vigas metálicas que según la memoria del proyecto original fueron recubiertas de hormigón a efectos de protección contra el fuego, también ha sido reformada con refuerzos generalizados en las plantas comerciales y en las plantas administrativas donde se prevén usos de pública concurrencia, adaptándose así el edificio a las nuevas sobrecargas y requerimientos normativos. A excepción del bloque central de ascensores y escaleras de la torre, el resto de los núcleos de comunicación han sido demolidos y sus huecos forjados, para generar en unos nuevos núcleos de comunicación otras ubicaciones, de mayor capacidad que aseguren la evacuación del conjunto del edificio.

Se han realizado otros cambios estructurales de gran calado fruto de condicionantes funcionales del área comercial, como la implantación de un hueco que une 5 plantas del edificio con escaleras mecánicas y que ha requerido la eliminación de una de las vigas principales del edificio. Esto ha supuesto la necesidad de generar nuevos elementos de arriostrado, para asegurar una correcta transmisión de cargas y esfuerzos horizontales que se producen fruto de la nueva configuración.

Otro de los aspectos claves de la reforma ha estado centrada en la fachada del edificio, protegida por la normativa municipal. De manera previa al comienzo de la redacción del proyecto constructivo de fachada, se realizó una labor de investigación, toma de datos y levantamiento topográfico para poder reproducir la geometría exterior de la misma y poder construir una fachada de idénticas características a la original, corrigiendo las modificaciones que el edificio sufrió a lo largo de los años.

La fachada original estaba compuesta principalmente por un muro cortina (sistema stick) con montantes y travesaños de aluminio. Este muro cortina intercalaba paños acristalados y módulos ciegos. Los paños acristalados, que suponían un 40% de la superficie de la fachada, estaban compuestos principalmente por vidrios con cámara de 2,4 m de ancho por 2,2 m de alto, si bien en el cuerpo bajo y coronación de la torre disponía de vidrios de menores dimensiones donde la modulación era de 1,2 m de ancho por 2,2 m de alto. El tipo de vidrio instalado originalmente se denominaba comercialmente como “pink-rosa” que proporcionaban el color característico del edificio, especialmente en días nublados.

Los módulos ciegos estaban formados por un panel sándwich sin apenas aislamiento y que disponía en su cara exterior de un panel de aluminio fundido a efectos exclusivamente decorativos. Este panel estaba separado unos centímetros del panel sándwich, sujetándose en sus 4 extremos con fijaciones puntuales. En las zonas ciegas del edificio, tras el núcleo de ascensores y escalera de emergencia, la fachada estaba compuesta por una fachada de fábrica sin aislamiento, donde también se instalaron paneles de aluminio fundido decorativo, que se atornillaron directamente al cierre de albañilería.

En ambos casos, estas fijaciones no permitían la dilatación del material que se deformaba para poder absorber los esfuerzos por los cambios de temperatura. Por lo tanto, tras 50 años, las placas presentaban numerosas patologías, con alabeos y abombamientos considerables, así como fisuras fruto de la imposibilidad de una libre dilatación. Debido a la contaminación, especialmente en sus primeros años de vida en un Bilbao industrial, las placas de aluminio habían perdido su brillo y color natural del aluminio, quedando recubierto por una pátina oscura de un tono negruzco.

Al no existir constancia del proceso constructivo sobre la ejecución de los paneles de aluminio, se visitaron fábricas de fundición de aluminio, donde se pudo concluir que el vertido del aluminio fundido se produjo sobre un molde de arena química sin tapar, de tal manera que las rugosidades de su cara vista se produjeron por las retracciones del aluminio al solidificarse en contacto con el aire. Son estas rugosidades y vibraciones las que confieren a la placa su principal característica formal y expresiva (lo que en una fundición sería la cara mala de la pieza).

La fachada original sufrió una importante reforma en los años 80, con la sustitución de la práctica totalidad de los vidrios del edificio por problemas de dilataciones en el conjunto de fachada, que incluso supuso la caída de varios módulos acristalados a la calle. Los nuevos vidrios se colocaron sobre una carpintería de aluminio color bronce adosada al muro cortina original y sujeto exclusivamente con silicona estructural. Se mantuvieron los vidrios originales de las 6 primeras plantas de la calle Gran Vía, por lo que se pudo comprobar las diferencias entre los vidrios originales de un color más rosáceo y los instalados en los años 80 de un color más anaranjado. En ambos casos, la capa de control solar que disponen hacía que la percepción de estos y su tonalidad variase en función de la hora y la incidencia de los rayos solares.

Gracias a que persistieron algunos de los vidrios originales en la fachada de Gran Vía, estos pudieron ser desmontados y enviados a taller para reproducir exactamente su color inicial, fabricando la capa de control solar con un magnetrón de última generación. El resultado final ha sido una fachada idéntica a la original, pero muy diferente a la imagen a la que ofrecía el edificio de manera previa a la rehabilitación.

En planta baja, los pilares de fachada se han trasdosado con un mármol idéntico al original y los paños entre estos se han cerrado con vidrios de grandes dimensiones y perfilería oculta que se adecuan a las nuevas necesidades y que tratan de evitan restar protagonismo a la fachada. La entrada a la zona comercial se produce en el frente público de la plaza, con una estrategia similar a la de los escaparates. El acceso a la zona administrativa se produce a través de la calle gran vía, al igual que ocurría de manera previa a la rehabilitación, pero con un vestíbulo de menores dimensiones ya que la mayor superficie de la planta baja se ha destinado a superficie comercial.

Interiormente, prácticamente no quedaban elementos originales destacables, al haber sufrido el edificio numerosas reformas interiores a lo largo de su vida, por lo que la actuación a realizar era completamente libre. Proyectar una entrada acorde a la torre fue otro de los retos del proyecto, especialmente por la geometría del espacio existente, estrecho y alargado que podría generar un efecto túnel. Además, en este espacio próximo a la calle debían confluir tres salidas de evacuación y el acceso a dos montacargas del local comercial, dos cajeros automáticos y el acceso al local de mantenimiento de estos. Por este motivo se decidió dividir este vestíbulo en dos zonas, una exterior a modo de zaguán donde confluyen los espacios anteriormente descritos y después el vestíbulo propiamente dicho con su área de recepción, bloque de ascensores y sala de espera.

La estrategia se centró en integrar y disimular todos los elementos existentes en las paredes, en especial las puertas. Para ello se diseñó una chapa grecada, de sección cuadrada, que ocultaba bisagras, juntas y herrajes de las puertas ofreciendo una imagen limpia de este espacio. Esta chapa se colocó tanto en techo y paredes, utilizando acero un lacado en blanco en el interior y aluminio anodizado en el zaguán exterior.

En el suelo interior se instaló un mármol blanco estremoz, para que junto con la chapa grecada blanca se configurara un espacio interior aparentemente muy luminoso que disimulase la profundidad de su ubicación. En el suelo exterior se instaló con un granito abujardado similar al original para que junto con el aluminio anodizado se configurara un anillo gris que potenciara aún más el blanco interior. El mármol blanco del suelo, alistonado siguiendo el ritmo y configuración de las grecas de la chapa, también se colocó en la mitad inferior del paño donde se ubica la recepción, para formar el mueble de esta zona y enmarcar el acceso a la sala de espera.

La sala de espera se configura con mármol verde idéntico a los pilares exteriores, tanto en suelo paredes y techo y al que se accede a través de un pasillo de mármol estremoz blanco también en suelo, paredes y techo. Los encuentros se han llevado a las esquinas y diagonales para generar distintas lecturas geométricas y formales del espacio. En último lugar, se encuentra el núcleo de ascensores configurado como un bloque dorado formado por paneles de acero inoxidable oro, como guiño al edificio que fue la sede de uno de los bancos más importantes de Europa. Por el contrario, los vestíbulos de ascensores del resto de plantas se han configurado como cajas blancas con chapa perforada con velo fonoabsorbente en paredes y un suelo gris, de terrazo micrograno o mortero autonivelante según zonas.

Las plantas de oficinas se han diseñado bajo el concepto Core and Shell y disponen de todas las dotaciones de instalaciones a pie de local a excepción de la instalación de protección contra incendios que ha sido completamente instalada. En el suelo se ha colocado un falso suelo metálico dejando la estructura de hormigón vista. Otro elemento que ha sido completamente acabado son los baños, realizados con terrazo micrograno envejecido en paredes y suelo, y la división de cabinas se ha realizado con tableros fenólicos color negro. En las cámaras acorazadas se generado unas salas de carácter especial, manteniéndose las puertas acorazadas y puesto en valor los muros de hormigón originales abujardándolos. Se han complementado estos espacios con elementos cálidos como moquetas, madera y lamas fonoabsorbentes de fieltro o paneles de chapa perforada también fonoabsorbentes, tratando de no perder por completo el carácter original del edificio.

Ficha técnica
Nombre: Reforma integral de la torre Bizkaia
Ubicación: Gran Vía 1, Bilbao, Bizkaia
Proyectista: IDOM
Director de Proyecto: Gonzalo Carro
Arquitecto responsable: Gonzalo Carro
Arquitectos colaboradores: Fernando Garrido, Ignacio Angulo, Cristina Jodar, Patxi Matute
Gestión del Proyecto: Gonzalo Carro
Costes: Gontzal Martinez, Agurtzane Insa, Sergio Llamosas, Jose Andoni Aguirre; Francisco Javier Ruiz de Prada
Estructuras: Natalia Sagasti, Gorka Viguri, Pedro Niño
Climatización: Lorena Muñoz, Unai Ugalde, Mikel Bilbao, Diego Zarranz
Fontanería y Saneamiento: Alberto Ribacoba, Mikel Bilbao, Diego Zarranz
Electricidad: Miguel Garcia, Mikel Bilbao, Diego Zarranz
Iluminación: Miguel Garcia, Diego Zarranz, Luz Bilbao
Protección contra incendios: Mikel Bilbao, Lucas Legay, Diego Zarranz
Gestión Técnica Centralizada: Veronica Menoyo, Monica Muro
Acústica: Sara Benito, Angela Lorenzo
Sostenibilidad: Blas Beristain, Eduardo Tello, Amaia Lastra
Certificación LEED: Amaia Lastra, Iñigo Aguirre
Administrativos: Sonia López, Carmen De Castro
Dirección de Obra: Gonzalo Carro
Dirección de ejecución de Obra: Gontzal Martinez, Agurtzane Insa, Jose Andoni Aguirre
Gestión de Obra: Gonzalo Carro
Constructor: BYCAM
Cliente: AG TL 
Sector de trabajo: Oficinas y Sedes Corporativas
Tipo de servicio: Misión completa integrada
Tipo de intervención: Rehabilitación
Inversión (PEC sin IVA): 35,70 MM de Euros
Superficie aproximada: 30.400 m2
Fecha de proyecto: 2016-2019
Fecha de obra: 2016-2021
Fotografías: Aitor Ortiz

Contacto
https://ww.idom.com

English version

Integral reform of the Bizkaia Tower

Integral reform, change of façade and structural adaptation of the Bizkaia tower on Gran Vía 1 in Bilbao.

The Bizkaia tower, located at number 1 Gran Vía street in Bilbao, is a building whose construction ended in 1969. It was originally intended for office use, housing the headquarters of the Bilbao Vizcaya bank. The building has an area of 30,400m2 divided into three basements and 22 floors above ground, in all a height of close to 90m.

50 years after its construction, an integral reform of the building has been carried out that has allowed the has allowed commercial use on the first 6 floors, keeping the rest of the spaces for office use (65% of the total area).

Given the state of the building, it was necessary to completely empty it, keeping only the structure to undertake a comprehensive reconstruction.

The building’s structure, made up of metal pillars and beams that according to the original project memory were covered with concrete for fire, have also been reformed with generalized reinforcements on the commercial floors and on the office floors where public use is foreseen. With the exception of the central block of elevators and stairs in the tower, the rest of the communication cores have been demolished and their gaps closed, to generate other locations with greater capacity that ensure the evacuation of the building as a whole.

Other far-reaching structural changes have been undertaken as a result of functional conditioning factors in the commercial area, such as the implantation of an opening that connects 5 floors of the building with escalators and that has required the elimination of one of the building’s main beams. This has meant the need to generate new bracing elements, to ensure a correct transmission of loads and horizontal forces that are produced as a result of the new configuration.

Another key aspect of the reform has focused on the facade of the building, protected by municipal regulations. Prior to commencing with the drafting of the façade construction project, research and data collection work was carried out to be able to build a façade with identical characteristics as the original, correcting the modifications that the building had undergone over the years.

The original façade consisted mainly of a curtain wall (stick system) with aluminum mullions and transoms. This curtain wall interspersed glazed panels and blind modules. The glazed panels, which accounted for 40% of the surface of the façade, were mainly composed of glass with a chamber 2.4 m wide by 2.2 m high, although in the lower body and top of the tower it had smaller sized glass sections, 1.2 m wide by 2.2 m high. The type of glass originally installed was commercially called “pink-rose” which provided the characteristic color of the building, especially on cloudy days.

The blank modules were made up of a sandwich panel with hardly any insulation and which had a cast aluminum panel on its outer face for exclusively decorative purposes. This panel was separated a few centimeters from the sandwich panel, held at its 4 ends with specific fixings. In the blind areas of the building, behind the elevator core and emergency staircase, the façade consisted of a non-insulated factory façade, where decorative cast aluminum panels were also installed, which were screwed directly to the masonry closure. In both cases, these fixings did not allow the deforming material to expand in order to absorb the stresses caused by changes in temperature. Therefore, after 50 years, the plates presented numerous pathologies, with considerable warping and bulging, as well as cracks resulting from the impossibility of free dilation. Due to pollution, especially in its first years of life in an industrial Bilbao, the aluminum plates had lost their brightness and natural color of aluminum, being covered by a dark patina of a blackish tone.

As there was no record of the construction process on the execution of the aluminum panels, aluminum smelting factories were visited, where it was concluded that the molten aluminum was poured onto an uncovered chemical sand mold, in such a way that the roughness of its visible face was produced by the retractions of the aluminum when solidifying in contact with the air. It is this roughness and vibrations that give the plate its main formal and expressive characteristic (which in a foundry would be the bad side of the piece).

The original façade underwent a major reform in the 1980s, with the replacement of practically all of the building’s glass due to expansion problems in the façade assembly, which led to several glazed modules falling onto the street. The new glass was placed on a bronze-colored aluminum carpentry attached to the original curtain wall and secured exclusively with structural silicone. The original glass of the first 6 floors of Gran Via street was kept, so it was possible to verify the differences between the original glass of a more pinkish color and those installed in the 80s with a more orange color. In both cases, the layer of solar control that they have made the perception of these and their tonality vary depending on the time and the incidence of solar rays.

Given that some of the original glass remained on the Gran Vía façade, it could be used to exactly reproduce the original color, manufacturing the solar control layer with a state-of-the-art magnetron. The end result has been a façade identical to the original, but very different from the image that the building offered prior to renovation.

On the ground floor, the façade pillars have been covered with marble, identical to the original and the panels between them have been closed with large glass and hidden profiles that avoid detracting from the façade. The entrance to the commercial zone is from the public square in front of the building. Access to the office area is through Gran Via street, as was the case prior to the renovation. The lobby is smaller lobby as the space of ??the ground floor has been given over to commercial space.

Inside, there were practically no outstanding original elements, as the building had undergone numerous interior renovations throughout its life. Designing an entrance according to the tower was another challenge of the project, especially given the geometry of the existing, narrow and elongated space that could generate a tunnel effect. In addition, in this space beside the street, there are three evacuation exits and access to two service elevators for the commercial premises, two ATMs and access for maintenance. For this reason, it was decided to divide this lobby into two areas, one outside as a hallway where the spaces described above converge and then the lobby itself with its reception area, elevator block and waiting room.

The strategy focused on integrating and concealing all the existing elements on the walls, especially the doors. For this, a square section corrugated sheet was designed, which concealed the hinges, joints and fittings of the doors, offering a clean image of this space. This sheeting was placed both on the ceiling and on the walls, using white lacquered steel on the inside and anodized aluminum on the outside hallway.

On the interior floor, white marble was installed, therefore, together with the white corrugated sheet a very bright interior space has been configured. Bush hammered granite has been used on the exterior floor, and together with the anodized aluminum, forms a gray ring that further enhances the interior white. The white marble of the floor, laid out following the rhythm and configuration of the frets, was also placed in the lower half of the reception panel, to form the furniture in this area and frame the access to the waiting room. Green marble is used in the waiting room, identical to the exterior pillars, both on the floor, walls and ceiling and which is accessed through a corridor with Estremoz white marble on the floor, walls and ceiling. The encounters have been taken to the corners and diagonals to generate different geometric and formal readings of the space. Lastly, there is the elevator core configured as a golden block formed by gold stainless steel panels, as a nod to the building that was the headquarters of one of the most important banks in Europe. On the contrary, the elevator lobbies of the rest of the floors have been configured as white boxes with perforated sheet metal with sound-absorbing sheets on the walls and a gray floor, made of micrograin terrazzo or self-leveling mortar.

The office floors have been designed using the Core and Shell concept and all the installations are close and ready to be connected, except for the fire protection installation that has been completely installed. In the original vaults, rooms of a special character were created, keeping the armored doors and enhancing the original concrete walls. These spaces have been complemented with warm elements such as carpeting, wood and sound absorbing felt slats or perforated sheet metal panels, trying not to completely lose the original character of the building.



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